El ratoncito valiente y la hamstercita
Cuento el Ratoncito Valiente y la hamstercita
Había una vez, un Ratoncito valiente y educado que le gustaba vestir muy lindo. Usaba pantalones de Mezclilla, sus playeras muy bonitas y sus lentes para el sol.
A él le gustaba comer mucho el pan de queso y por donde él vivía había un Ratón Chonchito que hacia este tipo de pan. Iba muy seguido a la panadería del Ratón Chonchito y compraba su pan que a él tanto le gustaba, aunque en ocasiones cuando iba por su pan el Ratón Chonchito ya se había comido todo.
Cierto día, el Ratoncito Valiente caminaba cerca de una tiendita donde vendían pescaditos. Quien la atendía era una Ratona flaca y greñuda. Ese día, ella lo miró y comentó con voz casi ronca “A este ratoncito elegante y bonito lo atraparé y será mío”.
Al día siguiente, de nuevo el Ratoncito Valiente pasó frente de donde se encontraba la Ratona greñuda vendiendo sus pescaditos. La Ratona Greñuda ya tenía preparada una estrategia para atraparlo. Había conseguido un cordel, un anzuelo y un trocito de quesito. Al momento de pasar el Ratoncito, ella hizo una oleada con su caña para tirar el anzuelo, pensando que su estrategia sería muy buena. Cuál fue su sorpresa cuando el anzuelo rebotó en el techo de su tiendita y se le ensartó en su patita; ella comenzó a jalar el cordel y el anzuelo que se le quedó atrapado en su patita causándole una lesión.
El Ratoncito valiente nunca se dio cuenta de lo que la Ratona greñuda quiso hacer con él, pues siempre caminaba pensando en sus cosas y no se daba cuenta de nada.
Otro día, el Ratoncito Valiente como siempre caminaba por las calles, pasó por otra tiendita donde se encontraba una Rata que era bizca y además usaba lentes; esta lo miró y dijo “A este Ratoncito bonito que siempre pasa por aquí lo atraparé”. Pero como ella, por ser bizca veía las cosas cruzadas, quiso atraparlo pero al momento que le tiró el atrapón al Ratoncito, sus manitas se cruzaron y sus patitas se enredaron y se cayó de frente al piso llevándose un fuerte golpe en su cabeza.
El Ratoncito valiente nunca se dio cuenta de lo que la Rata bizca quiso hacer con él, pues siempre caminaba pensando en sus cosas y no se daba cuenta de nada.
Así el Ratoncito valiente salía a caminar para hacer sus mandados en el pueblecillo de Ratolandia donde había Ratas que lo admiraban por su elegancia y por ser bonito.
En un lugar por donde siempre caminaba había un tendejón donde se encontraban dos Ratas flacas y coludas que eran hermanas y se dedicaban a vender pollitos; entre ellas siempre comentaban cómo atraparían al Ratoncito Valiente; así que planearon su estrategia para hacerlo.
El día que esperaban las Ratas llegó cuando el Ratoncito de nuevo pasó por ahí y las coludas se prepararon para atraparlo tirándole sus colas largas y lisas; en ese momento al querer hacerlo sus colas se enredaron y cuál fue su sorpresa que las dos quedaron atrapadas por sí solas mientras el Ratoncito Valiente continuó caminando sin darse cuenta de lo sucedido, pues como siempre él caminaba pensando en sus cosas y no se daba cuenta de nada.
Pero un día, mientras el Ratoncito se encontraba en su casita escuchando algo de música, una palomita tocó y se postró en su ventanita para darle una cartita que le había enviado una hamstercita. Él tomó y leyó el mensaje donde le decía “Ratoncito Valiente quiero que seas mi amigo”. Inmediatamente le dijo a la palomita “Espera”. Enseguida escribió un mensaje respondiéndole a la Hamstercita “No solo quiero ser tu amigo, quiero ser tu mejor amigo”. La palomita voló llevando el mensaje para entregárselo a la Hamstercita; la cual se puso muy feliz al leer lo que el ratoncito le había respondido en el mensaje. Es así que siguieron enviándose cartitas y llegaron hacer los mejores amigos, pero con el paso del tiempo se enamoraron.
Un día, la palomita llevó como siempre una cartita para el Ratoncito valiente; sin embargo, este ya no le quiso mandar una cartita de respuesta a la Hamstercita, preguntándole a la palomita “¿Tú podrías llevarme hasta donde vive la Hamstercita?”. La palomita contestó “´Sí pero es un lugar muy lejano”. Entonces, él respondió “Aguarda, prepararé mis cosas y te seguiré”. Buscó una mochila donde llevar sus cosas y echó en un morralito mucho quesito para el camino.
Listo, comenzó la caminata por donde la palomita volaba. Él caminó atravesando bosques muy bonitos y llegando hasta una laguna donde el agua era cristalina y reflejaba el cielo azul. Muy asombrado de tanta belleza por la naturaleza siguió su caminata deteniéndose a comer quesito que con él llevaba.
La palomita siguió volando mostrándole el camino al Ratoncito valiente que muy entusiasmado continuó su larga trayectoria hasta que se encontró con un mar muy extenso y pacífico donde caminó por la playa. También atravesó unas grandes montañas hasta ver que la palomita se sentó en una linda casita. Muy contento preguntó si ahí vivía la Hamstercita y la palomita asentó su cabeza afirmando. El ratoncito tocó a la puerta dos veces “Toc, Toc”; la Hamstercita salió y emocionada miró al Ratoncito valiente a quien abrazó muy fuerte. Él mirándola le dijo “Hamstercita linda, he venido a quedarme contigo”. Ella le respondió “Tú siempre has estado aquí conmigo viviendo en mi corazón y ahora estaremos juntos para siempre”.
Moraleja: Nunca prestemos atención a las personas que se nos quieran acercar solo por interés mientras que existen personas con valores que nos buscan por amor y buenos sentimientos.
ARTURO SANTO Y SOFIA
El cuento es muy bonito espero que a mis compañeros Ratoncitos también les guste mucho y dejen sus comentarios.
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